13 de febrero de 2015

Corazones nevaditos

Nevaditos en forma de corazón

Podría comenzar este post disculpándome por no haber estado aquí durante un tiempecito, poniendo excusas del tipo: he estado muy liada, han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí o estaba falta de inspiración. Lo único que haría sería engañaros a vosotros y lo que es peor engañarme a mí misma. Siendo sincera para todos, durante este tiempo he elegido anteponer otras cuestiones de mi vida a escribir un post para vosotros. Supongo que vosotros también tomáis decisiones como esta cada día ;)

Una de las cosas que he aprendido en este tiempo en el que también he reflexionado, es que la presión de publicar algo atractivo me impide a veces sacar contenido. Ideas para compartir posts con vosotros, con la seguridad de que os resultarán interesantes, tengo cientos, pero el "miedo" a que no sean estéticamente originales, me paraliza el 90% de las veces.

No me gusta NADA apoyar mis textos en imágenes que no sean propias y, dado que soy fotógrafa aficionada, os prometo que me cuesta siete veces más conseguir una buena foto que un texto atractivo e interesante.



Pues ahora imaginaos esto llevado a la preparación de una receta. Muy pero que muy poquitísimas veces muestro un "cómo se hizo" porque mi cocina no es de revista y mis utensilios (a los que adoro) no forman parte de un kit combinado de formas y colores. Es más, cada uno es de su padre y de su madre. Todos muy útiles y de la calidad que necesito pero nada aptos para una foto digna.

Sin hablaros de la presión que siento teniendo la responsabilidad de conseguir una receta diez no sólo en cuanto al sabor sino al aspecto!!! Para una foto "publicable" no vale una galleta blancurria ni una ennegrecida aunque luego sepan igual de ricas, ni vale una crema de mascarpone que se haya "desmelenado" tirándose bizcocho abajo, tiene que mantenerse firme en su sitio y esto muchas veces te deja un margen de uso de cámara fotográfica de 1 minuto.

El caso es que os voy a contar mi última experiencia en la cocina preparando una receta con libertad de movimientos, sin cargas estéticas ni cuentas atrás de resultados y la experiencia resultó maravillosa. Mis hijas y yo disfrutamos la preparación de una nueva receta de una forma mucho más relajada y por supuesto divertida. Y lo mejor es que el resultado no estuvo nada mal para todos los sentidos, incluída la vista...


Este año en Navidad, me quedé con las ganas de preparar nevaditos. Es el dulce navideño (bueno a lo mejor algunos no lo consideráis estacional y lo coméis durante todo el año) que más me gusta obviando el turrón de chocolate, especialmente el de mi madre.

Todos los años me lo propongo cuando llegan las fiestas pero por una cosa o por otra siempre elijo preparar otras recetas antes que ésta. No es el primer año que compro los ingredientes y luego los uso para otros platos.

El caso es que pasadas las fechas navideñas, me planté cara a mí misma y me dije que este año 2015 probaba a hacer la receta, sí o sí. Para ir tachando tareas cumplidas de mi larga lista de propósitos, ésta que estaba apuntada para diciembre, ya la puedo tachar. Fijaos si me he puesto las pilas que me he adelantado 10 meses!!

Para darle un poco más de sentido a esta "locura", quise compartir la preparación de este dulce con mis niñas, que aceptaron encantadas mi propuesta. Cuando les di a elegir los moldes para darles forma escogieron corazón. Así que así nació la idea de los corazones nevaditos.



Os dejo la receta para unos 20 nevaditos.

Ingredientes
100 gr. de manteca de cerdo
220 gr. de harina de fuerza tamizada
60 ml. de vino blanco (cuanto más bueno mejor)
50 gr. de azúcar blanco
Azúcar glas para espolvorear

Elaboración
- Poner la harina en un bowl y abrir un hueco en el centro para introducir el resto de los ingredientes excepto el azúcar glas.
- Amasar con las manos hasta conseguir una mezcla homogénea.
- Hacer una bola, envolverla en film y refrigerar como mínimo durante 2 horas.*
- Preparar la bandeja de horno cubriéndola con papel especial para horno.
- Sacar la masa del frigorífico y extenderla entre papel de horno con la ayuda de un rodillo hasta conseguir que tenga un grosor de 1,5cm aproximadamente.
- Con la ayuda de un cortador de galletas, sacar las formas y disponer cada pieza sobre la bandeja del horno que habíamos preparado previamente.**
- Meter la bandeja en el frigorífico para refrigerar nuevamente. Esta vez durante 1 hora.
- Precalentar el horno a 180ºC.
- Hornear durante unos 30 minutos hasta que estén bien doraditos.***

Trucos:
* Yo lo refrigeré durante una noche entera.
** Colocar las piezas con una separación de unos 2cm entre ellas porque crecerán al hornearse.
*** Si veis que empiezan a dorarse muy pronto y aún o están hechos por dentro, cubrid la bandeja con papel de aluminio hasta que terminen de hacerse por completo.

¡¡Compartid estos corazones nevados y conseguiréis que el vuestro esté calentito!!



Besos,




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